El fin del landismo
Hace diez años, en plena efervescencia del boom gay, los gurús de la moda y la estética introdujeron el concepto metrosexual que terminó de una vez por todas con el “landismo”, ese hombre césped con pelo en el pecho, espalda , nariz y orejas que tanto éxito había tenído entre las suecas allá por los sesenta.
Mientras las mujeres conquistaban logros sociales y se liberaban de sus cadenas los hombres se enjaulaban en los convencionalismos estéticos de finales del s.XX. El macho ibérico sucumbió a la cera depilatoria, los perfumes, el maquillaje, las mascarillas faciales, al farmatint, al aquamid y últimamente al botox también.
De pronto no había gay o heterosexual en este país que no se hubiera arrancado, electrocutado o afeitado los pelos de algúna parte de su cuerpo. Y lo mejor es que no había que inventarse ninguna excusa para hacerlo porque el hombre depilado era el paradigma de la modernidad.
Llegaron después los primeros despropósitos. Las bocas morcilla. ¿Alguien puede explicarme que paso en este país para que del día a la noche un montón de tíos se inyectaran de todo en los labios hasta convertirlos en almorranas cabreadas?. Y lo mas difícil de todo. ¿Cómo se puede hablar con naturalidad con alguien a quien te dan ganas de ofrecerle un bolsa de hielo para que se le baje la inflamación?.
Que un tio impresionante te mire con las cejas de la Garbo es la cosa mas desalentadora del mundo. A mi se me quita el morbo. Mataría a la cabrona de su esteticiene o mejor, le quitaría los pelos del chumino con un soplete. ¿Quién ha sido el visionario que ha decidido que los hombres tienen que depilarse las cejas como lo hacen las mujeres?. Una cosa es quitarse los pelos del entrecejo por eso de tener dos cejas en lugar de una y otra muy diferente dejarlas como si fueras una artista de cine de los años treinta.
Dejando por sentado que cada cuál puede hacer de su capa un sayo y de su imagen un cuadro va siendo hora de que alguien ponga freno a este amariconamiento ilimitado de la imagen del hombre. Que deje de confundirse el aseo y el cuidado personal o incluso la coquetería con la burda distorsión de la expresión masculina y todo ello en aras de alguna traumada que se siente violentada por la firme presencia de un varón.
Mientras las mujeres conquistaban logros sociales y se liberaban de sus cadenas los hombres se enjaulaban en los convencionalismos estéticos de finales del s.XX. El macho ibérico sucumbió a la cera depilatoria, los perfumes, el maquillaje, las mascarillas faciales, al farmatint, al aquamid y últimamente al botox también.
De pronto no había gay o heterosexual en este país que no se hubiera arrancado, electrocutado o afeitado los pelos de algúna parte de su cuerpo. Y lo mejor es que no había que inventarse ninguna excusa para hacerlo porque el hombre depilado era el paradigma de la modernidad.
Llegaron después los primeros despropósitos. Las bocas morcilla. ¿Alguien puede explicarme que paso en este país para que del día a la noche un montón de tíos se inyectaran de todo en los labios hasta convertirlos en almorranas cabreadas?. Y lo mas difícil de todo. ¿Cómo se puede hablar con naturalidad con alguien a quien te dan ganas de ofrecerle un bolsa de hielo para que se le baje la inflamación?.
Que un tio impresionante te mire con las cejas de la Garbo es la cosa mas desalentadora del mundo. A mi se me quita el morbo. Mataría a la cabrona de su esteticiene o mejor, le quitaría los pelos del chumino con un soplete. ¿Quién ha sido el visionario que ha decidido que los hombres tienen que depilarse las cejas como lo hacen las mujeres?. Una cosa es quitarse los pelos del entrecejo por eso de tener dos cejas en lugar de una y otra muy diferente dejarlas como si fueras una artista de cine de los años treinta.
Dejando por sentado que cada cuál puede hacer de su capa un sayo y de su imagen un cuadro va siendo hora de que alguien ponga freno a este amariconamiento ilimitado de la imagen del hombre. Que deje de confundirse el aseo y el cuidado personal o incluso la coquetería con la burda distorsión de la expresión masculina y todo ello en aras de alguna traumada que se siente violentada por la firme presencia de un varón.
Etiquetas: depilación, landismo, metrosexual, opinión
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio